El 31 de enero de 1961, la historia espacial marcó un hito cuando el chimpancé Ham se convirtió en el primer primate en sobrevivir a un viaje al espacio. Este acontecimiento, que tuvo lugar dentro del proyecto Mercury de la NASA, abrió las puertas a nuevas posibilidades en la exploración espacial y se convirtió en un símbolo de esperanza para el futuro de la carrera espacial estadounidense. Ham, residente del centro de medicina aeroespacial de Holloman, recibió un entrenamiento especial que le permitió realizar algunas funciones básicas necesarias para pilotar la nave. Gracias a este entrenamiento, el chimpancé logró alcanzar una altura de 253 kilómetros y experimentó siete minutos de ingravidez durante el vuelo. A pesar de un problema con el regulador de aceleración del cohete, que proporcionó un exceso de velocidad durante el despegue, el vuelo de Ham duró 16 minutos y 39 segundos. La cápsula amerizó en el océano Atlántico, a 679 kilómetros de distancia del punto de despegue, pero el chimpancé fue rescatado sano y salvo, confirmando que se encontraba en buenas condiciones. El éxito del vuelo de Ham demostró que los seres vivos podrían sobrevivir al viaje espacial, allanando el camino para futuras misiones tripuladas. Aunque la Unión Soviética sorprendió al mundo con el primer vuelo orbital tripulado protagonizado por Yuri Gagarin dos meses después, el hito de Ham dejó una marca indeleble en la historia de la exploración espacial y en las aspiraciones de Estados Unidos de llevar astronautas más allá de la Tierra. 🚀 Hoy hace 63 años que 'Ham', el chimpancé de la NASA, viajó al espacio en una misión de prueba del proyecto Mercury El animal fue rescatado sano y salvo de un vuelo que duró 16 minutos y 39 segundos, hasta que la cápsula amerizó en el océano Atlántico pic.twitter.com/Rr3C1e0O3l — SINC (@agencia_sinc) January 31, 2024
La NASA ha alcanzado un hito significativo en el ámbito de las comunicaciones interplanetarias al transmitir un video desde el espacio profundo, a unos impresionantes 31 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. Aunque no se trata de un contacto extraterrestre, el logro abre nuevas posibilidades para la comunicación futura con seres de otros planetas. El experimento forma parte de la misión Psyche, que tiene como objetivo explorar el cinturón de asteroides del sistema solar y extraer muestras del asteroide Psyche. Aprovechando la ocasión, los científicos llevaron a cabo pruebas con un novedoso sistema de comunicación por láser, capaz de enviar información a distancias astronómicas en cuestión de segundos. El video transmitido desde el espacio profundo presenta a un gato naranjo llamado Taters, quien, para aclarar, no viajó al espacio. Taters es la mascota de un empleado del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, y el video fue grabado en la Tierra mientras jugaba con un puntero láser. La NASA incluyó el video de Taters en la sonda Psyche antes de su partida, y una vez ubicada a 31 millones de kilómetros de la Tierra, lo transmitió de vuelta al planeta. Este experimento, denominado Comunicaciones Ópticas del Espacio Profundo, fue un éxito, demostrando la eficacia del nuevo sistema de comunicación por láser incluso a distancias enormes. Pam Melroy, administradora adjunta de la NASA, destacó la importancia de este logro al señalar: Este hito subraya nuestro compromiso de promover las comunicaciones ópticas como un elemento clave para satisfacer nuestras futuras necesidades de transmisión de datos. El experimento transmitió un video de Taters durante 15 segundos en alta definición, utilizando un instrumento de última generación llamado transceptor láser de vuelo . La señal, emitida a una velocidad de 267 megabits por segundo (Mbps), tardó tan solo 101 segundos en llegar a la Tierra, destacando la eficiencia del sistema. La NASA tiene la intención de perfeccionar y utilizar este sistema a medida que los humanos se aventuren más allá de la órbita terrestre en el futuro. Melroy añadió: Aumentar nuestro ancho de banda es esencial para lograr nuestros objetivos científicos y de exploración futuros. Además, se planean más pruebas cuando la sonda Psyche pase por la órbita de Marte, el siguiente destino en la exploración espacial humana después de la Luna, ubicado a 225 millones de kilómetros de la Tierra.
El 31 de enero de 1961, la historia espacial marcó un hito cuando el chimpancé Ham se convirtió en el primer primate en sobrevivir a un viaje al espacio. Este acontecimiento, que tuvo lugar dentro del proyecto Mercury de la NASA, abrió las puertas a nuevas posibilidades en la exploración espacial y se convirtió en un símbolo de esperanza para el futuro de la carrera espacial estadounidense. Ham, residente del centro de medicina aeroespacial de Holloman, recibió un entrenamiento especial que le permitió realizar algunas funciones básicas necesarias para pilotar la nave. Gracias a este entrenamiento, el chimpancé logró alcanzar una altura de 253 kilómetros y experimentó siete minutos de ingravidez durante el vuelo. A pesar de un problema con el regulador de aceleración del cohete, que proporcionó un exceso de velocidad durante el despegue, el vuelo de Ham duró 16 minutos y 39 segundos. La cápsula amerizó en el océano Atlántico, a 679 kilómetros de distancia del punto de despegue, pero el chimpancé fue rescatado sano y salvo, confirmando que se encontraba en buenas condiciones. El éxito del vuelo de Ham demostró que los seres vivos podrían sobrevivir al viaje espacial, allanando el camino para futuras misiones tripuladas. Aunque la Unión Soviética sorprendió al mundo con el primer vuelo orbital tripulado protagonizado por Yuri Gagarin dos meses después, el hito de Ham dejó una marca indeleble en la historia de la exploración espacial y en las aspiraciones de Estados Unidos de llevar astronautas más allá de la Tierra. 🚀 Hoy hace 63 años que 'Ham', el chimpancé de la NASA, viajó al espacio en una misión de prueba del proyecto Mercury El animal fue rescatado sano y salvo de un vuelo que duró 16 minutos y 39 segundos, hasta que la cápsula amerizó en el océano Atlántico pic.twitter.com/Rr3C1e0O3l — SINC (@agencia_sinc) January 31, 2024
La NASA ha alcanzado un hito significativo en el ámbito de las comunicaciones interplanetarias al transmitir un video desde el espacio profundo, a unos impresionantes 31 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. Aunque no se trata de un contacto extraterrestre, el logro abre nuevas posibilidades para la comunicación futura con seres de otros planetas. El experimento forma parte de la misión Psyche, que tiene como objetivo explorar el cinturón de asteroides del sistema solar y extraer muestras del asteroide Psyche. Aprovechando la ocasión, los científicos llevaron a cabo pruebas con un novedoso sistema de comunicación por láser, capaz de enviar información a distancias astronómicas en cuestión de segundos. El video transmitido desde el espacio profundo presenta a un gato naranjo llamado Taters, quien, para aclarar, no viajó al espacio. Taters es la mascota de un empleado del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA, y el video fue grabado en la Tierra mientras jugaba con un puntero láser. La NASA incluyó el video de Taters en la sonda Psyche antes de su partida, y una vez ubicada a 31 millones de kilómetros de la Tierra, lo transmitió de vuelta al planeta. Este experimento, denominado Comunicaciones Ópticas del Espacio Profundo, fue un éxito, demostrando la eficacia del nuevo sistema de comunicación por láser incluso a distancias enormes. Pam Melroy, administradora adjunta de la NASA, destacó la importancia de este logro al señalar: Este hito subraya nuestro compromiso de promover las comunicaciones ópticas como un elemento clave para satisfacer nuestras futuras necesidades de transmisión de datos. El experimento transmitió un video de Taters durante 15 segundos en alta definición, utilizando un instrumento de última generación llamado transceptor láser de vuelo . La señal, emitida a una velocidad de 267 megabits por segundo (Mbps), tardó tan solo 101 segundos en llegar a la Tierra, destacando la eficiencia del sistema. La NASA tiene la intención de perfeccionar y utilizar este sistema a medida que los humanos se aventuren más allá de la órbita terrestre en el futuro. Melroy añadió: Aumentar nuestro ancho de banda es esencial para lograr nuestros objetivos científicos y de exploración futuros. Además, se planean más pruebas cuando la sonda Psyche pase por la órbita de Marte, el siguiente destino en la exploración espacial humana después de la Luna, ubicado a 225 millones de kilómetros de la Tierra.